lunes, octubre 10, 2005

Las Dos Caras del Desastre



Después de que la ciudad de New Orleans soportara una de las peores devastaciones en su historia, los efectos del huracán aún se sienten en todos los sectores.
La necesidad de reconstruir y volver a su cauce normal de los comercios, ofrece oportunidades de trabajo, como en la tienda de la fotografía, donde un cartel pidiendo empleados espera por postulantes.
Por otra parte los que deseen trabajar no tienen adonde vivir (!?)
En otro aspecto de las consecuencias, la policía local, tradicionalmente bajo la mira por acusaciones de corrupción, exceso de violencia y hasta robo, muestra su cara más desagradable en esta gráfica, donde se dedicaron a golpear a un borracho de 64 años, en plena via pública y frente a las cámaras de una agencia noticiosa. (Mas adelante la victima declaro que no habia bebido alcohol alguno).
Los nervios están a flor de piel por todas partes y uno se pregunta si realmente tiene sentido reconstruir esa ciudad, por siempre en peligro de nuevas amenazas naturales.
La solidaridad pública es unánime y la ayuda económica por parte del pueblo ha sido generosa. Sin embargo, eso no alcanza a cubrir todos los miles de millones de dólares de pérdidas y tantos otros necesarios para que se regrese a una vida normal en el área afectada.
Es allí donde la cuestión surge: Se deben utilizar fondos públicos para reconstruir una zona que puede estar en peligro nuevamente el día de mañana?