domingo, agosto 21, 2005

Cuando el Patriotismo Nubla la Razón

(Foto: Qualls, quien también perdiera un hijo en Irak, visita a Sheehan en su lugar de vigilia)

Es una pugna constante. En un bando, los que apoyan las decisiones del presidente en cuestiones de guerra sin reparo alguno. En el campo opuesto, quienes están en contra de la presente situación de guerra y tienen muchas preguntas, sin respuesta hasta ahora.
Los defensores de la política guerrera sostienen que son patriotas y que cuestionar las decisiones del presidente o sus motivos están fuera de lugar. Esto los coloca en una posición absoluta que, por definición, califica a cualquier otra postura como una traición al país mismo.
Es allí donde se crea una situación difícil de resolver y hace que el llegar a un acuerdo entre ambos puntos de vista sea poco menos que imposible. La intransigencia conduce a la ceguera.
Si cada vez que alguien se hace preguntas sobre un gobierno o un presidente, lo calificamos de poco patriota, estamos ignorando las bases mismas del patriotismo.
El ser patriota incluye el deseo del bienestar general de todos en un pais, no necesariamente estando de acuerdo con cada decisión presidencial. Al contrario, el patriotismo a veces se demuestra con más firmeza cuando se levanta la voz para denunciar errores o injusticias. Un patriota que nunca se hace preguntas sobre sus gobernantes es simplemente un habitante más de ese pais. Un individuo que, no importa lo que hagan quienes rigen su destino, siempre está de acuerdo. Si viviéramos en China comunista, quizás esa sea la forma de pensar a la cual nos habríamos acostumbrado y aquéllos que se opusieran serían calificados de disidentes, encarcelados y silenciados. Afortunadamente vivimos en un pais libre, cuyas bases se establecieron precisamente en el derecho de todos de cuestionar a quienes nos rigen. Nunca, en los preceptos de la fundación de EE.UU. se dijo que unos pocos en el poder tendrían el derecho de actuar sin el consentimiento del pueblo. Por el contrario, la división de poderes y un sistema de constante balance entre los mismos, estableció los mecanismos necesarios para mantener constante vigilancia y evitar los abusos del poder otorgado.
En las circunstancias actuales, con un presidente republicano y el control de su partido en ambas cámaras legislativas, además de la influencia de una Corte Suprema favorable, ese balance no existe. De alli que el único recurso posible para la ciudadanía sea el de actuar individualmente, como en el caso de Cindy Sheehan, quien le pide al presidente que explique cuales son las “causas nobles” que condujeron a esta guerra y que provocara tantas muertes, incluyendo la de su propio hijo.
Un tal Gary Qualls, quien es amigo de un comerciante local en Texas y pro-Bush, declaró ayer que “Si tengo que sacrificar a toda mi familia por el bien de nuestro pais y del mundo, otros paises que quieren libertad, lo haré”, agregando que su hijo de 16 años quiere enrolarse en el ejército ahora y él está de acuerdo con esa decisión. Gary Qualls forma parte de un grupo que básicamente está protestando contra los que apoyan a la señora Sheehan.
Con esta declaración, Qualls intenta presentar a los que se oponen a esta guerra como anti-patriotas y poco sensibles a la defensa del país y de la libertad.
El patriotismo de Qualls puede que sea muy legítimo y si él quiere con toda su familia ir a la guerra que le pongan por delante, tiene todo el derecho de hacerlo. Lo que no se puede permitir de Qualls y muchos otros como él, es que cuestionen el patriotismo de otros o sus valores humanos y deseos de libertad, simplemente porque esas personas tienen grandes dudas en cuanto a los motivos de la guerra actual.
Según la fórmula de Qualls, esta guerra debe tener motivos nobles y por eso él está dispuesto a sacrificar a su familia. Este señor cree que Sadam Hussein era un peligro para EE.UU., que Irak tenía armas terribles capaces de destruirnos, que Irak poseía muchas armas biológicas de alto peligro, que Hussein estaba complotado con Bin Laden y que, indirectamente fue responsable de los ataques del 11 de septiembre en N.Y., que el pueblo Iraqui nos estaba esperando con los brazos abiertos, ansioso de abrazar el sistema occidental de vida, que la guerra contra Irak se produjo como consecuencia de los ataques del 11 de septiembre. Quizás me queden por allí muchas otras cosas que la administración Bush vendió al pueblo en su ocasión.
La verdad es que ninguna de esas cosas fue verdad. Nunca hubo una razón que justificara esa invasión y el país, en cuanto a la supuesta amenaza de Irak, jamás estuvo en peligro.
La pregunta de Sheehan, aún sin respuesta por parte del presidente, es entonces válida “Cuales fueron las razones nobles que nos llevaron a esta guerra”?
Es esta actitud poco patriota? No lo creo. Al contrario, Sheehan está haciendo un esfuerzo para detener la carnicería diaria en Irak, evitando así que más soldados nuestros pasen al otro mundo.