sábado, noviembre 11, 2006

Moralidad y Libertinaje en USA


La mentalidad pública de los EE.UU. es algo digna de estudio, sobre todo en el aspecto religioso y moral (y esta modesta nota no pretende serlo). Recientemente, la Corte Suprema de Nevada, dictaminó que cuando las mujeres que practican las llamadas “lap dances”, una demostración erótica sentadas en la falda de los clientes, ni la “artista” o el cliente pueden tocarse uno al otro con las manos. Para quienes nunca han visto esto, ya sea en persona o en cientos de films, funciona así: Una mujer, sentada encima de las rodillas de un hombre del público, se contorsiona como si estuviera muy excitada, con sus brazos hacia fuera en todo momento, pero, eso sí, puede colocar sus pechos en las narices del cliente, o, si se para, tambien le puede acercar otras mercaderias personales a su cara.
Mientras tanto, el cliente, está sentado como momia, con los brazos al costado, con su cuerpo alcanzado diversos grados de rigidez, dependiendo del área.
Esto ocurre miles de veces a diario, en todas partes del país y, claro está, en Las Vegas, el supuesto paraíso del todo-vale.
La mayoría de los países tienen sus propios códigos morales y religiosos dentro de los cuales se mueve la sociedad en general. En Estados Unidos, debido a la supuesta separación entre iglesia y estado, existe una dicotomía curiosa.
Por una parte, el libertinaje puede existir mientras esté regulado, como en el caso de las casas de prostitución de Nevada, o los lugares donde las muchachas practican eróticas danzas, mientras que por la otra, los grupos religiosos, especialmente los evangelistas, están tan visibles como el mejor partido político en la escena, combatiendo el aborto, condenando la indecencia e influenciando muchas veces las decisiones del gobierno. Asi se mueven las cosas por aquí, total (o casi) libertad de expresión por un lado y actitudes puritanas por el otro.
En un ambiente de picardía extrema, podemos ver las películas más sexuales del planeta en ciertos establecimientos, carteles de publicidad con mujeres semi-desnudas, asistir a conciertos de música popular donde la letra de las canciones insulta a cualquiera, desde el gobierno hasta el Papa, aun invitando a matar policías, y otros extremos líricos. Pero eso sí, todo protegido por la libertad de expresión. Mientras tanto, el evangelismo de turno, aun con ciertas figuras prominentes haciendo el ridículo con sus traspiés morales, nos dice que debemos convertirnos en una sociedad moralmente pura. Un gran circo en mi opinión que nace de la indecisión del pueblo mismo. Moralidad y libertinaje van de la mano.